Ya habíamos discutido anteriormente sobre los numerosos beneficios de aprender un nuevo idioma, en este caso el francés. Esta lengua nos ofrece una gran cantidad de oportunidades, desde mejorar nuestras habilidades y resultados académicos, hasta aumentar la posibilidad de acceder a estudios superiores.

Además, también nos ayuda a conectarnos con la ciencia más moderna y nos abre nuevas posibilidades laborales. En definitiva, aprender francés es una inversión que cuenta con muchos beneficios.

Para enriquecer tus conocimientos sobre la cultura francesa y sus principales protagonistas, no dudes en explorar las diferentes perspectivas de la vida. Además de la gastronomía, otro excelente modo de ahondar en la cultura francesa es la literatura que, sin duda, te mostrará un mundo nuevo.

Importancia de la literatura francesa

La literatura francesa ha tenido una gran importancia tanto a nivel nacional como internacional. Ha enriquecido el patrimonio cultural de Francia y ha sido un medio para explorar la identidad francesa.

Ha desempeñado un papel crucial en la evolución de la literatura mundial, influyendo en movimientos literarios y estilos en otros países. La literatura francesa ha sido una fuente de inspiración para escritores de todo el mundo y ha contribuido al desarrollo de la literatura universal.

Además, ha sido una plataforma para el análisis y la reflexión sobre temas fundamentales de la condición humana y ha ayudado a dar forma al pensamiento filosófico y social a lo largo de los siglos. Si quieres aprender más de esta cultura a través de la literatura, no dudes en inscribirte en nuestro curso de francés, allí además del idioma podrás aprender más de la cultura y literatura francesa.

Características de literatura francesa

La literatura francesa abarca siglos de producción literaria en el idioma francés, siendo una de las tradiciones más antiguas y ricas del mundo. Su vasta influencia se extiende globalmente y abarca una amplia gama de géneros y estilos, desde la poesía lírica hasta la novela realista y la experimentación vanguardista. Sumérgete en este fascinante universo literario y descubre la diversidad y belleza de la literatura francesa.

  • Belleza del lenguaje: La literatura francesa cautiva con su estilo elegante y poético, otorgando gran importancia a la precisión en la expresión.
  • Tradición filosófica: Plataforma para la exploración de ideas filosóficas, la literatura francesa ha abordado cuestiones existenciales y sociales.
  • Experimentación literaria: Pionera en la innovación formal y estilística, los escritores franceses han desafiado convenciones literarias establecidas.
  • Reflexión sobre la condición humana: Profunda exploración de la psicología, relaciones sociales y conflictos internos en obras con temas universales.
  • Realismo: Escritores como Balzac y Flaubert retratan la vida cotidiana con precisión y detalle, dejando un legado en la literatura realista.
  • Autobiografía y autoficción: Interés en narrativas autobiográficas y auto ficticias que exploran vidas y experiencias a través de la ficción.
  • Teatro: Desde Molière hasta el teatro del absurdo, la literatura teatral francesa ha creado obras influyentes y trascendentales.
  • La nouvelle vague: Revolucionando la narrativa, este movimiento rompió estructuras tradicionales y adoptó nuevas formas de contar historias.
  • Compromiso político y social: Escritores franceses han usado la literatura como voz para el cambio y la justicia social.
  • Influencia global: Autores como Hugo, Proust y Camus han dejado una marca perdurable en la literatura y el pensamiento literario internacional. Descubre el impacto de la literatura francesa en el mundo.

Autores franceses literatura

A continuación, te presentamos los mejores embajadores de la lengua francesa: sus grandes autores. Desde novelistas, filósofos y románticos, hasta humanistas, los grandes nombres de la literatura francesa han perdurado a lo largo del tiempo, al igual que sus hermosas palabras.

François Rabelais (1494-1553)

Figura emblemática del Renacimiento, Rabelais, es uno de los humanistas más conocidos de su tiempo. A través de las extravagantes historias de sus dos gigantes, Gargantúa y Pantagruel. Rabelais, tiende hacia una renovación filosófica, una elevación del hombre, dentro del movimiento idealista de la época.

En Francia, la frase “el cuarto de hora de Rabelais” se usa para indicar que es el momento de pagar. Esta peculiar expresión proviene de un divertido episodio de la vida del escritor, cuando, sin tener dinero para viajar a París, François Rabelais se hizo pasar por un vendedor de azúcar con bolsitas rotuladas con la inscripción: “Veneno para el rey”.

Detenido por la guardia, fue llevado a la capital francesa sin gastar un céntimo. Al enterarse de esta broma, el rey Francisco I se echó a reír y la aceptó con buen humor.

Molière (hacia 1622-1673)

Jean-Baptiste Poquelin, Molière, es sin duda el hombre que marcó para siempre el teatro francés. Autor y actor. Este genio permanece como el gran señor de la comedia francesa. Cinco siglos después, sus obras continúan siendo las más representadas.

La leyenda cuenta, que Molière murió en escena, representando el enfermo imaginario. En realidad, murió algunas horas después de la representación, en su casa.

Para leer: La escuela de las mujeres (1662), El médico a palos (1666), El avaro (1668), El burgués gentilhombre (1670), El enfermo imaginario (1673).

La Fontaine (1621-1695)

Jean de la Fontaine ha marcado la historia de Francia con sus cuentos, que llevan su nombre. Las fábulas de La Fontaine, protagonizadas por animales que hablan, todavía hoy en día son leídas, y enseñadas a los niños.  Superficiales a primera vista, estas fábulas proponen una profunda reflexión sobre el hombre, su naturaleza y la moral.

“La razón del más fuerte es siempre la mejor”, “De nada sirve correr; lo que cuenta es hacerlo a tiempo”, “Ayúdate y el cielo te ayudará”, son algunas de tantas frases célebres de La Fontaine.

Para leer: Fábulas (1668, 1678, 1693).

Montesquieu (1689-1755)

Pensador y filósofo, considerado por muchos como el padre del pensamiento liberal, la obra de Montesquieu, se distingue por la precocidad de conceptos, tales como el reparto de poderes, base de la democracia, según él. Su principal obra, “El espíritu de las leyes”, ha influido enormemente en los constitucionalistas franceses y europeos.

Nacido en el seno de una familia burguesa, hijo de un barón, Montesquieu, no perdió nunca de vista la realidad social de su tiempo. Quizás, porque sus padres eligieron para él a un mendigo como padrino. Montesquieu escribiría más adelante que “para hacer grandes cosas no hace falta ser un gran genio: no hay que estar por encima de los hombres, hay que estar con ellos”.

Para leer: Cartas persas (1721), El espíritu de las leyes (1748).

Voltaire (1694-1778)

Podría simbolizar la energía innovadora de esta época. Filósofo, escritor y poeta, conoció la gloria, pero también la prisión y el exilio. El hombre es libre de espíritu, liberal y profundamente demócrata. Su producción literaria cuenta con una cincuentena de obras.

A Voltaire, se le atribuye esta frase, que va como anillo al dedo: “no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero lucharé hasta la muerte porque tenga el derecho de decirlo”.

Para leer: Cándido o el Optimismo (1759).

Victor Hugo (1802-1885)

Considerado como el más grande autor romántico francés, algunas de sus obras figuran entre las mejores de la literatura francesa. Es novelista, cronista, pero también político y académico. Los restos mortales de Victor Hugo reposan en el Panteón, última morada de los grandes hombres.

Para leer: El último día de un condenado a muerte (1829), Nuestra Señora de Paris (1831), Los miserables (1862), Noventa y tres (1874).

Jean-Paul Sartre (1905-1980)

Filósofo y escritor, ilustre representante de la escuela de pensamiento llamada “existencialista”. Sartre produjo una obra colosal, y esta quedará para siempre como ejemplo de un intelectual comprometido.

La anécdota: En 1964 rechazó el premio Nobel de literatura. Según él, «ningún hombre merece ser consagrado en vida».

Para leer: La Náusea (1938), El existencialismo es un humanismo (1945), El Diablo y Dios (1951).

Hay mucha riqueza en estos escritos. Esto es especialmente cierto para aquellos amantes de la literatura que estén interesados en aprender francés, ya que nos ofrecen la oportunidad de conocer no solo un nuevo idioma, sino también la cultura completa que lo acompaña.

Si todavía no sabes francés, es recomendable que busques traducciones de estos escritos. Sin embargo, una vez que hayas adquirido el lenguaje, te animo a que los vuelvas a leer en el idioma original para descubrir la riqueza de contenido que estos escritos ofrecen, y para aprovecharlo como excusa para aprender un nuevo idioma.




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